lunes, 13 de diciembre de 2010

Profundamente..


Vuelve a recorrer mi cintura con su lengua,
vuelve a morderme junto al ombligo y a besarme las caderas.
Vuelve a apretar mis pechos entre sus manos,
a rozar mi espalda con su piel y a mirarme de esa manera.

Vuelve a enloquecer al separar mis piernas,
vuelve a perderse una vez más entre ellas.
Vuelve a agarrar mi pelo y mi cuello,
vuelve a apretar mis hombros y morir en mí.

Profundamente en mí.

Este se parece al de ayer y me recuerda al del martes.
Pero sin embargo hace que se repita en mi cabeza
el sabado noche del puente pasado,
ya que no tiene nada que ver con el de aquella noche.

Nosé, nosé si me gusta salvaje o tierno,
constante o inseguro.
Nosé si prefiero que se esfuerce o esforzarme,
si me atre más que jugueteen o me dejen mandar...

¿Y mañana quién será?
Que más da... lo voy a olvidar.

-¿Eres ninfómana?
Me han preguntado varias veces.
Y no, no lo soy...simplemente me gusta no pensar.
Me gusta dejar la mente al cuerpo, y dejarme llevar,
que mis neuronas descansen y se reemplacen por mi piel,
por mis sentidos, por mis manos y mi pelvis.

¿A quién no le gusta?

Alguién dijo que no era tan fácil, que solo pensaba en follar,
pero no lo hacía, no tenía ocasión.
Le contesté.
"Algo es algo, fusionas el pensar y el follar,
almenos tienes la cabeza repleta de perversión y no de maldad".

Sonreí.

Siempre me gustó más pensar con las demás partes de mi cuerpo,
que hacer trabajar a las neuronas y morir en el intento.

jueves, 9 de diciembre de 2010

empate a cero...


0 - 0.
Así queda nuestro marcador.
¿Que mas da?
A ti te la suda
y a mí... da lo mismo,
yo no tengo opción a marcar.

Quiero morir de sobredosis de sueños,
quiero dormir hasta que al abrir los ojos
no reconozca mi alrededor.

Quiero morir ahogándome en vacío,
en el vacío que deseo que anide en mi cabeza.

Quiero morir ahorcada por la brisa,
la de las mañanas de verano,
cuando el sol SIEMPRE brilla.

Quiero morir ardiendo en sentimientos,
emociones que quemen mi corazón.

Quiero morir asfixiada por millones de sonrisas,
que se agarren a mi garganta y no escapen hasta
dejarme sin aliento, sin respiración y sin vida.

Quiero, quiero y quiero,
pero jamás puedo.

Me parece tan estúpido mi alrededor,
tan memo, tan sin sentido, sin argumento.
Todo lo que me envuelve carece de coheréncia,
sentido común y lógica.

Ojala hubiera una explosión de neuronas,
de sabiduría, sensatez y razonamiento.
Ojala lo que pasa por tu cabeza desapareciera
y dejara paso a sentir sin más,
sin escuchar el susurro de la multitud,
del dolor ageno, de las horas asesinas.

Ojala, ojala, ojala,
sueño pero nunca se hace realidad.