lunes, 21 de noviembre de 2011

Buenos días pequeña


Llevo por lo menos ocho horas abrazada a él,
lo sé porque el sol me empieza a saludar desde el horizonte,
un sol muy cálido por cierto. ¿Cúando paró la tormenta?
La marea a bajado notablemente, pero es ahora y solo ahora
que el sol contrae mis pupilas cuando me doy cuenta.
Él estará durmiendo, debe estarlo, desde hace horas no me habla
y eso en él es raro porque, aunque sea para molestar o porque
está enfadado desde siempre con el silencio, debe hablar...
¿Y yo?, ¿He dormido?. Si lo hice ni cai en la cuenta de ello,
ni supe cuando desperté, y si no dormí, ¿porqué he podido
estar tantas horas sin hacerlo y sin pensar?
No entiendo que sucede, ayer nos odiabamos,
a penas nos dirigíamos la palabra y hoy... hoy estamos abrazados,
juntos, esperando que la tormenta se calme eternamente,
o que jamás lo haga y quedar en este estado de paréntesis siempre.
Nose que sucede aquí entre nosotros, entre nuestros cuerpos,
entre nuestras mentes... entre nuestros corazones,
pero se debe aclarar, se debe aclarar ya, porque al final no sabré
que és corazón, que es odio, que es conciencia, que es amor...
no sabre ni que és saber.

Anoche tuvimos una conversación un tanto rara,
o almenos eso recuerdo. No estoy muy segura, el sueño me vencía,
se estaba tan bien acurrucada en sus brazos,
con mis manos en su pecho, que Morfeo quiso llevarme,
aunque eso tampoco lo recuerdo bien. Que aturdida me siento.
Sentía una pesadez en las piernas, en el estómago, como...
angustia pero sin querer quitarmela, como ganas de vomitar,
pero sin querer vomitar... un nido de mariposas,
o tal vez golondrinas, no estoy muy segura,
porque era demasiado revuelo para ser mariposas, en mi estómago,
que subían hasta la garganta y parecía que iban a salir,
que explosionarían en palabras, en su cara, en sus pupilas, en sus
párpados, en sus manos, en su oídos, en su cuello... pero luego,
como huyendo del fuego volvían hacia abajo, a su nido a cobijarse.

¿Pero que coño hablamos?... No logro record... ah, sí... ya... recuerdo.

-Ahora estás mejor, ¿cierto?
+Pero no creas que es por ti, es porque el calor del cuerpo ayuda.
-Ya pues por eso, por mí, sino a que cuerpo te ibas a arrimar?
+Nolosé, no me agobies, sabes porqué he venido... así que calla.
-Por que me quieres.
+....
-No hace falta que digas nada.
+¡No! Por que tenía frío...
-Vale, lo que tú quieras, pero hubiera preferido mi opción.
+... ¿Si? ¿Porqué?
-Por que yo... yo también...
+...
-Te quiero.

Puta sonrisa, ¿porqué has escapado? Deberías quedarte dentro,
siendo devorada por las mariposas, o por las golondrinas,
o por los pelícanos, que ya nosé que es... pero duele... o no.

Se ha movido, está soñando... o... ¿me está acariciando?

-Buenos días pequeña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario