martes, 22 de febrero de 2011

Creo recordar, que me prometió ver nevar, y solo lo ví, sí, sí cuando él tocaba por y para mí.
Era entonces y solo entonces cuando corría al jardín, y con sus notas de fondo danzaba en la noche. No me importaba el frío, ni el viento cortando mis labios, ni el crepúsculo solitario y lúgubre.
Solo lo hacía cuando él tocaba, cuando él me regalaba su melodía, mí melodía.
Solo entonces volaba sin alas, arriba, tan arriba que la tierra desaparecía bajo mis pies y no podía oír más, ni ver más, ni sentir más que esa melodía.
Cuando las notas recorrían mi piel las despedidas, amargas, se convertían en emocionantes despedidas, cargadas de esperanza y futuros abrazos, los olvidos se convertían en recovecos vacíos ansiados de ser repletos de momentos, los gritos se tranformaban en risas y las lágrimas surgían solo de tanto sonreir.
Cuando escuchaba esas notas nada importaba, porque sobraba todo, porque nada faltaba.
Recuerdo que era escuchar el la menor que encabezaba la lista de sentimientos disfrazados de música y olvidarme hasta de que instrumento era el que lo vomitaba, no lo recuerdo, pero daba igual, lo importante era la danza de notas por mi espalda, subiendo por mi nuca, resvalando por mi oído.


Por aquel entonces sí que sonreía, tal vez demasiado, tal vez sonreí tanto que gasté mi cupo de sonrisas, tal vez...
Y ahora solo queda en mi memoria, en mi recuerdo, en mi paladar algunas mañanas soleadas, que sin saber por que brota de mí aquella armonía. Ahora solo queda en mí, por que de todo lo demás desapareció.

Ahora, a pesar de todo, algunas veces, aún sigo bailando bajo la nieve.

3 comentarios:

  1. BAJO LA NIEVE, QUIZÀS RECOLECTANDO LLUVIA DE TUS OJOS, POR LAS AUSENCIAS QUE SE HACEN TAN AUSENTES, PERO, QUE AÙN ASÌ, ES LA AUSENCIA IDEALIZADA QUE SE MATERIALIZA EN TUS MÀS PURAS REMEMBRAZAS, HACIENDO ASI ZARANDEAR TU IMAGINACIÒN, ESA AREÀ QUE SE HUELLA POR LO HERMETICO DE MISTICISMO... Asì estas a salvo porque entones salvas tu espacio mental, alejandolo del material, dejando ir, despojandose, y permitir la ausencia que llamaras cada noche cuando sigas con el ritual de bailar bajo la nieve...

    (AnacrònicaAna)

    ResponderEliminar
  2. No ha hecho falta ni música, ni notas, ni nieve para hacer bailar mi mente mientras leía.

    ResponderEliminar