viernes, 4 de junio de 2010

Y solo los grillos me acompañan en esta lúgubre noche.
Su criqueante sonido me retumba ya en la mente.
En mi cerebro hueco, en mi cabeza acorchada.

Y tan solo la luna baila hoy en el cielo, sola.
Su luz ilumina vagamente la escena.
Una escena vacía de todo y repleta de nada.

Hoy no estoy inspirada, más bien estoy vacía.
Como un desierto sin dunas, como un mar sin olas.
Vacía como una noche sin constelación.

Ahora no es el momento, ni el lugar,
no son las palabras apropiadas,ni el modo de decirlas.
Ahora es uno de esos ahoras en los que estás deseando que pase.

Aunque pensándolo bien,
hace tiempo que el ahora no es el que toca.
Que el momento nunca es el momento.

Después de esto me enterraré en el silencio,
en la nocturnidad y en mi sábana.
Buscaré desesperádamente a Morfeo, sin más.






Cerrando los ojos me sumerjo en ese mundo donde se que, pase lo que pase, es un sueño.
Donde si la muerte me persigue despertaré para vivir.
Donde si la felicidad eterna me pisa los talones, aunque despierte, almenos la habré podido sentir.

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